En el ambiente, las distintas poblaciones se relacionan de
diversas formas. Estas relaciones posibilitan la vida de cada
individuo dentro de una población determinada, y de la
población en particular.
diversas formas. Estas relaciones posibilitan la vida de cada
individuo dentro de una población determinada, y de la
población en particular.
Cada
organismo, debe asegurar un lugar para vivir; alimento; refugio y reproducirse. Para
poder lograr estas funciones, los organismos establecen relaciones de competencia unos con otros.
Dos poblaciones entran en competencia (o
dos individuos de la misma especie), cuando habitan el mismo ecosistema y
consumen el mismo recurso. Por ejemplo los vegetales compiten con sus hojas y
sus raíces, por el sol, el agua y el espacio. Si hay competencia, dos
poblaciones se distribuirán de acuerdo a su eficiencia para aprovechar los recursos
allí existentes, pudiendo incluso desaparecer la población menos eficiente.
La depredación es un tipo de relación que se producen
en los ecosistemas. En este tipo de relación, un organismo de una especie le
sirve de alimento (presa) a otro (depredador).
Un organismo que consume a otro
es un CONSUMIDOR; el
consumidor puede ser carnívoro (predador), herbívoro, parásito o detritívoro (que consume detritos
o restos).
En la
relación predador – presa, los organismos poseen características que les
permiten el éxito en el ataque/huida.
Otra forma de relación más íntima entre las
especies, donde muchas veces una depende de la otra para sobrevivir es la SIMBIOSIS. Hay tres tipos de
simbiosis: mutualismo, en
este tipo de simbiosis las dos especies se benefician, es decir que una brinda
algo a la otra especie (alimento, protección, ambiente, etc.) y viceversa.
Es el caso de las plantas con flores y los
insectos que se alimentan de ella; los insectos obtienen néctar y polen para
alimentarse y las plantas obtienen el transporte para el polen, lo que asegura
su reproducción.
En el comensalismo,
una especie es beneficia, pero la otra es indiferente en esa relación, es
decir, que no se beneficia pero tampoco se perjudica.
Este es el caso de los murciélagos que viven
en huecos de los árboles.
Un tercer tipo de simbiosis es el parasitismo, donde solo una
especie recibe los beneficios de esa relación (el parásito) y la otra (el
hospedador) se perjudica, incluso puede llegar a la muerte.
Las cadenas
alimenticias, son también una forma de relación, donde interviene los consumidores (carnívoros y herbívoros), los degradadores o descomponedores (hongos y bacterias) y los productores, los que se
encargan de la producción de materiales nutrientes de los cuales dependen los
otros niveles de la cadena: las plantas.
Los
productores son los organismos que hacen la fotosíntesis, por lo que se llaman AUTÓTROFOS. Los consumidores y
descomponedores son HETERÓTROFOS
porque se alimentan de otros seres vivos (de plantas o de animales).
En una cadena alimenticia, la energía química
pasa de un nivel o eslabón al siguiente a partir de la energía solar.
Las plantas utilizan la energía solar para
sintetizar nutrientes, una oruga (gusano) se alimenta de las hojas, y de ellas
obtiene todos los nutrientes que necesita para crecer, un ave como el mirlo, se
alimenta de orugas. Este alimento le permite obtener la energía que necesita
para volar, para hacer nidos, para reproducirse; y también obtiene materiales
que le permitirán formar los huevos, plumas nuevas, etc. Al morir estos animales,
o al marchitarse y caer las hojas del árbol, los restos son descompuestos por
los hongos y bacterias microscópicas que devuelven los minerales y otras
sustancias a la tierra. Estos serán utilizados por las plantas.
En esta cadena, a la oruga
(herbívora) se le llama consumidor primario, porque es el primer consumidor de
la cadena, y al mirlo se lo llama consumidor secundario. Imaginemos que un gato
montés atrapa al mirlo mientras busca ramas para su nido. El gato montés sería
el consumidor terciario.
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